Por eso, mediante la manipulación, los niños y niñas pueden ayudarse a sí mismos a representar esa información y así comprenderla mejor. Si ponen o quitan, si juntan, reparten... Sus ojos lo ven, y su cerebro también, y entonces lo pueden entender.
En estos casos, los enigmas traen una historia inicial y luego una afirmación, la cual deben averiguar si es verdadera o falsa (si está bien o mal).
He aquí el primer ejemplo:
Ahora mete los 6 peces nuevos. 5 + 6 = 11. Lo que le permite comprobar que 11 es mayor que 10 (11 > 10), y por lo tanto la afirmación es FALSA.
Divertido, ¿verdad? Ese es el otro objetivo importante de este tipo de actividades: los niños aprenden jugando, sin darse cuenta, su cerebro está más relajado y funciona mejor.
Pues sigamos con otro ejemplo:
Sus ojos han visto que 30 días, representado a la izquierda, es mayor que 14 días (2 semanas), representado a la derecha.
"Entonces, está mal"